lunes, 26 de abril de 2010

INTRODUCCION

Hoy se sabe sin duda que los primeros años son de vital importancia para la vida futura, porque en ellos se construyen los fundamentos de la identidad, una base afectiva segura o no. Es necesario que se conozcan a sí mismos para pensar y reflexionar acerca de sus propias actitudes y sentimientos respecto de sus hijos.
Los padres que enseñan también aprenden, y los hijos que aprenden también enseñan.
Los niños muy chiquitos se expresan cuando sufren psíquicamente con disfunciones del apetito, del sueño, hiperactividad o apatía, atraso en el lenguaje o en la motricidad, dificultades en la separación de la mamá.
En la crianza se presentan problemas, dificultades, momentos difíciles familiares que pueden resolverse bien si los padres están advertidos, informados o pueden ser ayudados.
En general los padres no saben de las dificultades de estos primeros años, y son estas dificultades las que preparan un futuro social que puede presentar problemas.
Más tarde esas dificultades se transforman en problemas de adaptación a la escuela, problemas de aprendizaje o de la conducta, una excesiva dependencia o un desarrollo disarmónico.

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